jueves, 10 de octubre de 2019

LIBRO BLANCO DE LA EDUCACIÓN_UN PRIMER PASO HACIA EL FUTURO


Los libros blancos son una forma de dar a conocer a un nivel entendible por la mayor parte de la población la opinión y el estado general de temas de actualidad. Son forma de presentar la problemática que se está experimentando en ciertos ámbitos y al mismo tiempo de darles una serie de soluciones. 
El libro Blanco sobre la profesión docente es desde luego un documento necesario ante la inexistencia de otro tipo de regulación mayor como sería un Estatuto General de los trabajadores. Parece realmente triste el hecho de que algo, tan importante como la profesión educativa no tenga documentos de mayor rango para regularse.


Con un simple vistazo a sus propuestas es posible observar que las soluciones propuestas no vienen dadas de la nada, sino que este conjunto de expertos ha llevado a cabo una investigación base muy profunda con el fin de conseguir la solución más acertada. Este hecho hace muy difícil encontrase en completo desacuerdo con alguno de los puntos defendidos, si bien es posible diferir en alguno de sus matices. De este modo empezaré señalando aquello con lo que no concuerdo por completo por el autor para así acabar hablando de lo bueno y quedar con un buen sabor de boca.

En el punto duodécimo, aunque estoy completamente de acuerdo con lo propuesto por el autor de la disposición de departamentos de orientación desde la educación infantil, con el fin de detectar alumnos con problemas en edades precoces difiero en la manera en que lo enfocan. Creo que en este sentido, es mucho más importante que el propio profesor de los niños este formado con las capacidades suficientes para detectar este tipo de problemas en lugar de que sea el orientador, quien por medio de entrevistas tenga que percatarse de ello. Si bien es posible que este desacuerdo se deba al hecho de que estamos acostumbrados a que el número de niños que dependen de cada persona encargada de la orientación es abrumadora a día de hoy y que con un mayor número de profesionales, este trabajo sería más viable.

No hay, como bien he dicho antes, ningún punto con el que pueda decir que no concuerdo en opinión. Y estoy especialmente de acuerdo, aunque a día de hoy sea una lástima tener que seguir defendiendo esta postura la necesidad de que exista una mayor relación y colaboración entre asignaturas. Es ilógico que llevemos a cabo una parcelación de los conocimientos separándolos por materias cuando en la vida real los problemas no se presentan así. Cuando en la vida real necesitamos enfrentarnos a algo esto suele requerir la intervención de conocimientos de muchos ámbitos, siendo incapaces de resolverlo desde un solo punto. El hecho de que existan estudios que defienden que los niños adquieren un mayor grado de conocimientos cuando resuelven un problema desde diferentes áreas del conocimiento debido a que empiezan a crear redes que se entrecruzan y generan una visión más amplia de una misma realidad es otra razón de peso para no postergar más esta medida. Parece mentira incluso, que en niveles educativos como el universitario la tendencia sea de encerrarse uno consigo mismo en su propio despacho para evitar que otros puedan “pisar” o “quedarse” con tus conocimientos; cuando colaboraciones entre compañeros, departamentos, facultades y universidades darían lugar a investigaciones más ricas.





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