Los objetivos de la educación
para la década del 2010 al 2020 cuentan
con una serie de medidas cuyo fin es conseguir ciertas mejoras educativas.
Viendo tan solo las hojas resumen de las mismas queda claro que, igual para el próximo
marco temporal hay alguna posibilidad de que se conviertan en realidad, pero lo
que es para 2020 va a ser bastante difícil.
El tercer objetivo del plan está enfocado
a la flexibilidad del sistema educativo, los estudios postobligatorios y la
educación a lo largo de la vida. Cuenta con una financiación de 4 M de euros, una cantidad muy pequeña para todo lo que hay que conseguir.
De todas las medidas que se
proponen llevar a cabo una interrelación real entre los diferentes niveles y
tipologías de estudio es desde luego necesario. De esta manera la
reincorporación de aquellas personas que por motivos ajenos a sí mismas
tuvieron que dejar de estudiar puedan volver a integrarse en el sistema sin
necesidad de superar objetivos que ya consiguieron en su momento.
Sin embargo, si hay algo que parece
fundamental incorporar es la relación directa entre los estudios y las
posteriores salidas profesionales. A los 18 años se pide a los estudiantes que
elijan unos estudios universitarios en base a lo que les motiva, las
asignaturas que les gustan o las que se les dan bien. Tras la decisión cursan
una carrera para una vez acabada intentar incorporarse al mercado laboral. Esta
nueva etapa produce en algunos casos cierta sorpresa puesto que en ocasiones
las salidas profesionales no se parecen
en nada a lo que esperaban.
La incorporación de programas
dentro de los institutos en los cuales los estudiantes tengan la capacidad de
pasar un periodo de tiempo con profesional del sector al que posteriormente
quieren dedicarse supondría una manera de conocer desde dentro el verdadero
funcionamiento de aquello que tienen pensado estudiar. España debería aprender de
otros países donde este tipo de programas ya está muy asumido y reforzado desde
las propias instituciones gubernamentales.
Es cierto que existen ya algunos
centros donde se realizan actividades de este tipo aunque sean de una forma
tímida y más bien testimonial por el momento. El instituto Condesa Eylo, en el
cual estudié, lleva varios años desarrollando el programa “Colegas por un día”.
Eugenio Crespo, profesor de este centro y profesional realmente implicado con
sus alumnos, lidera de forma altruista este programa que consiste en buscar a
un profesional que se haga cargo durante una jornada laboral de un alumno de
los últimos cursos de la ESO o Bachillerato. De esta forma, y aunque el alumno
no pueda ver durante un periodo de tiempo mayor el verdadero funcionamiento de la
profesión que le llama la atención obtiene una primera aproximación al mismo.
Está claro que ocho horas no van
a ser suficientes para ayudar a tomar una decisión, pero es menos que nada y
una solución fácil y rápida hasta que se consiga algo mejor.
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