martes, 24 de septiembre de 2019

CON PAPÁ O CON MAMÁ_LA ETERNA GUERRA ENTRE CIENCIAS Y LETRAS


La eterna batalla entre las letras y las ciencias no es un hecho novedoso. Parece haber estado presente desde tiempos inmemorables y no tiene pinta de que vaya a desaparecer en un futuro inmediato, siguiendo por el contrario ganando adeptos a cada uno de sus bandos.


Este enfrentamiento es fruto de la que probablemente sea una de las primeras decisiones que tomamos con respecto a nuestra vida académica y teóricamente, tiene la premisa de que condicionará nuestra vida laboral. 


En torno a cuarto de la ESO los estudiantes son obligados a elegir entre la rama de las ciencias o la rama de las letras para continuar sus estudios, de tal manera que todas las asignaturas, a excepción de las generales se ven centradas en uno de estos dos ámbitos. Sin embargo es necesario cuestionarse este sistema:

¿Es tan determinante esta decisión?
Podríamos decir que no cuando alumnos que cursaron ciencias en el instituto realizaron en la universidad carreras de letras o humanidades o; si bien los casos son menos frecuentes, alumnos que habiendo cursado letras en el instituto decidieron desarrollar carrearas asociadas a las ciencias.

¿Es beneficioso realmente separar tanto estos dos campos?
Esta decisión tan drástica entre blanco o negro nos hace olvidar que entre estos dos colores existe una amplia gama de grises, y que no todo tiene que ser A o B. Ciencias y letras no pueden caminar solas, se necesitan las unas a las otras para complementarse en aquellos aspectos que no son capaces de abarcar. La química habla en latín y griego y las ciencias sociales necesitan de las matemáticas y la estadística para explicar sus datos. Si seguimos con esta división tan solo obtendremos cabezas científicas que no saben expresarse y buenos oradores que no saben respaldar por completo sus teorías.

¿Se puede llegar a un equilibrio?
Hay que conseguir un equilibrio, y para ello empezar por devolver a las letras el estatus que merecen. Aquel que aprende estos conocimientos de memoria para “vomitarlos” en el examen no los aprende realmente. Al igual que las matemáticas las letras han de ser entendidas y contextualizadas ya que historia, literatura, arte, filosofía… tienen un por qué, no es una pila de datos sin sentido a memorizar.

Dar la posibilidad a los estudiantes de que elijan las asignaturas que creen que les van a ser más validas en su futuro a pesar de que ello suponga la creación de un “mix de conocimientos” puede ser una experiencia muy positiva. Es cierto que este sistema dual es un gran aliado a la hora de realizar la organización docente de un centro académico, sin embargo, sacrificar esta rigidez en favor de la diversidad puede tener resultados muy interesantes.

Deberíamos recuperar la idea de Aristóteles “in medio virtus”, pues siendo coherentes, en nuestra vida diaria nos ha resultado tan útil sabernos la lista de los reyes Godos como resolver a mano una raíz cuadrada. Son sin embargo las distintas estrategias empleadas para adquirir estos conocimientos las que realmente resultan ser útiles y nos ayudan a llegar a lo que queremos ser.

2 comentarios:

  1. Hola! Llevas toda la razón con lo que dices en tu entrada. Yo soy una de esas que se pasó de ciencias en el instituto a letras en la universidad y he podido comprobar lo importante que es que ambas "ramas" se nutran mutuamente. Esperemos que en el futuro se mejores los recursos de los centros y se puedan diseñar horarios que permitan a los alumnos esa flexibilidad de la que hablas. Un saludo!

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  2. Gracias Lucy, a ver si conseguimos que con coordinación sea posible

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